Introducción
Los recién nacidos son seres indefensos que dependen totalmente de los adultos. A medida que crecen van aprendiendo un serie de hábitos y funciones que les enseñan a reconocer los peligros y les proporcionan autonomía.
Los accidentes constituyen una de las primeras causas de muerte en la infancia en los países desarrollados. En la mayoría de ocasiones se trata de accidentes que pueden prevenirse, por tanto es muy importante adoptar una serie de medidas de protección que, junto a la promoción de hábitos correctos, permita reducir la magnitud del problema. Es vital que los padres u otros adultos encargados de los niños estén informados sobre los riesgos de los accidentes y cuáles son las causas que los favorecen.
¿A qué edad aparecen los accidentes infantiles?
La edad es la variable más importante a la hora de caracterizar al niño susceptible de sufrir un accidente. Las características del niño a una edad determinada convierten en peligrosas situaciones que son inofensivas para un niño de otra edad.
En general, la edad más frecuente de consulta hospitalaria por accidente es de 2-3 años, y se producen dos picos de frecuentación: entre 1 y 3 años y entre 11 y 14 años.
En los lactantes la patología accidental está propiciada en muchos casos por el descuido de los padres o los cuidadores. Hay que recordar que los bebés están totalmente indefensos y carecen de experiencia para percibir el peligro. No obstante, el auténtico peligro comienza cuando el niño empieza a dar sus primeros pasos, entre el primer año de vida y los 4 años. La mayor o menor habilidad que tenga para andar, su curiosidad natural y el hecho de que al inicio de esta etapa aún no distinga las situaciones de riesgo hacen que los padres deban extremar la vigilancia. Algunos expertos consideran que este es el periodo de mayor riesgo.
Tipos de accidentes infantiles
La mayoría de los accidentes infantiles se producen en el hogar. Una serie de sencillos consejos permitirán prevenir en gran medida el riesgo de que se produzcan. Las medidas a adoptar dependen el tipo de accidente:
- Intoxicaciones: todos los envases con contenidos tóxicos (medicamentos, productos de limpieza, pinturas, sustancias químicas..) deben disponer de un cierre de seguridad. Las bebidas alcohólicas deben guardarse en un mueble que pueda cerrarse con llave.
- Quemaduras y electrocuciones: los electrodomésticos y las asas o mangos de los utensilios de cocina deben quedar siempre fuera del alcance de los niños. Es recomendable que las lavadoras, secadoras y lavavajllas dispongan de puerta de seguridad. Los enchufes eléctricos deben estar tapados y hay que alejar a los niños de hornos, cocinas, estufas, braseros, chimeneas y fuentes de calor en general. Es importante prestar mucha atención a la temperatura del baño.
- Caídas, cortes o traumatismos: el niño puede asomarse al balcón o a la ventana, de modo que es necesario alejar todo aquello que pueda servirle para asomarse. Es conveniente que las ventanas y escaleras estén protegidas con barandillas que puedan ser abiertas por un adulto en caso de incendio. En los lactantes hay que evitar la falsa creencia de que se van a quedar quietos; muchas veces las madres los dejan sobre la cama creyendo que "no pasa nada, no se mueve", y el bebé termina por caer al suelo. La cuna debe estar convenientemente homologada para evitar caídas o atrapamientos, y debe situarse lejos de ventanas, enchufes o cuerdas. Las herramientas o utensilios cortantes deben estar convenientemente guardados.
- Ahogamientos, atragantamientos o asfixia: los padres deben retirar todas las bolsas de plástico que puedan estar al alcance del niño y evitar que manipule objetos pequeños. Los juguetes deben ser los adecuados para su edad. Es muy importante no dejar nunca solo al niño en la bañera.
- Prevención fuera del hogar: se refiere a una multitud de situaciones que hay que vigilar, como no permitir al niño coger solo el ascensor, enseñarle a llevar el casco siempre que monte en bicicleta o instalar en el coche sillas de seguridad homologadas y adecuadas a la edad y el peso del niño. Es muy importante entrenarlo en educación vial: enseñarle a cruzar una calle, a interpretar los semáforos, etc. Las piscinas privadas o públicas deberán estar siempre rodeadas de una valla de seguridad que pueda cerrarse. Las áreas infantiles de juego tendrán que ser siempre adecuaas a la edad de cada niño.
Tratamiento
Ante un accidente infantil es importante mantener la serenidad. Como primer paso, es necesario asegurar la protección del accidentado y de quien lo va a socorrer. Después hay que avisar a los servicios de emergencia (112); en ocasiones, si se juzga el accidente como de poca importancia, y el niño se encuentra bien, quizá es suficiente que los propios padres acompañen al niño a un Servicio de Urgencias. Si se trata de una intoxicación puede obtenerse información muy completa llamando al Instituto Nacional de Toxicología (91 562 04 20): hay que tener a mano la etiqueta o nombre comercial y fabricante del producto para que ellos puedan consultar la composición, y posibles efectos nocivos, en sus bases de datos.
Las medidas de emergencia específicas según el accidente de que se trate son las siguientes:
- Quemaduras: apague las llamas y cubra al niño con un manto o hágalo rodar por el suelo. Quítele anillos, pulseras y relojes y quítele la ropa si está impregnada con una sustancia cáustica. Enfríe la quemadura aplicando agua fresca durante 15-20 minutos (las quemaduras químicas, un mínimo de 20 minutos). Si la piel sólo está roja es suficiente aplicar crema hidratante y observar si aparecen cambios.
- Atragantamiento: si el niño está consciente y tose débilmente anímele a que siga tosiendo, pues el objetivo es despejar la vía aérea. Intente sacar usted mismo el objeto de la boca sólo si lo ve y este es accesible (pero no intente sacar el objeto a ciegas, ya que podría impulsarlo más profundamente y empeorar el problema). Si el niño es mayor de 1 año es útil la conocida maniobra de Heimlich: sitúese de pie detrás de él y aplique compresiones abdominales vigorosas en la "boca del estómago"; pueden ser útiles también unos golpes de una cierta intensidad en la espalda, entre los omóplatos. Si es menor de 1 año, colóquelo sentado boca abajo y aplique golpes en la espalda o, tumbado boca arriba, realice sobre él compresiones torácicas. Es importante no golpearle la espalda si el niño tose con fuerza. Si el niño está inconsciente llame cuanto antes al 112. Extraiga el objeto de la boca si es accesible y realice ventilaciones boca-boca: si el tórax no se eleva, combine las ventilaciones con masaje cardíaco y cada dos minutos mire en la boca e intente sacar el cuerpo extraño si es accesible.
- Heridas: lávese las manos antes de tocar las heridas. Limpie las heridas con jabón, aclare con agua y séquelas con pequeños toques. No utilice algodón, alcohol, polvos o pomadas sobre ellas. Aplique un antiséptico y si es posible no las tape. Si la herida es profunda, es mejor que no intente curarla y llame al 112. Procure parar la hemorragia comprimiéndola con un trapo limpio.
- Golpes o caídas: si el niño se ha caído no lo levante de inmediato pues podría empeorar alguna fractura. Si se ha hecho daño en brazos o piernas eleve el miembro afectado. Aplique hielo en la contusión para disminuir el dolor o la hinchazón. Se debe tener especial precaución para no movilizar la cabeza si ha habido algún accidente que pueda haber lesionado la columna vertebral, ya que podría existir lesión medular.
- Descargas eléctricas: si el niño recibe una descarga eléctrica hay que desconectar la corriente, liberarlo y avisar al 112. Si está inconsciente hay que comprobar si tiene pulso y, en caso de que no lo tenga, practicarle masajes para reanimarlo. Si la corriente no puede desconectarse, hay que separar al niño sin tocarlo. Para ello debe usarse algún objeto de madera, plástico o goma. La persona que lo socorre debe aislarse usando zapatos con suela de goma o subiéndose a una tabla.
- Productos tóxicos: ante la ingestión de un producto tóxico, hay que quitarle la sustancia tóxica al niño y llamar a información toxicológica (91 562 04 20). En caso de que sea necesario llevarlo al hospital deberá hacerse lo antes posible. Es importante no provocar el vómito ni dar al niño leche o aceite. Lleve al hospital el envase del producto ingerido. Si el producto tóxico ha entrado en contacto con la piel, quítele la ropa y lávele en la ducha con agua templada a chorro durante 20 minutos.
- Inhalación de gases o humos: abra las ventanas, saque al niño al aire libre y llame al 112. Túmbelo boca arriba para que respire mejor. Si está inconsciente y no respira, grítele y pellízquele para que se despierte. Si aun así no reacciona, aplique masajes en el pecho y reanimación. En caso de escape de gas, no encienda el interruptor de la luz ni ningún aparato eléctrico.
Imagen vía Shutterstock
